domingo, 28 de diciembre de 2014



Al apagar la luz, con la debida atención,
los ojos abiertos y las ideas dormidas,
cuando los muebles comienzan a aparecer en la oscuridad,
mezcladas con esas fluorescencias que se ven de noche
(en esas manchas verdes que se ven de noche),
las columnas, las demarcaciones como cuchillos,
los postes, los camiones y el agua reaparecen.

La autopista entera se impone,
como si nunca se hubiese ido
y casi tácito e indescifrable
nuestros huesos conservaran el secreto de sus cimientos. 

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