viernes, 10 de noviembre de 2017



De todos los secretos que extrajeron del corazón de la tierra
el más extraño fueron los corazones,
yacientes flores salvajes sangrando en el polvo
llenos de piedra y secos
al borde del camino.
Hay una historia
de los mineros del corazón de carbón
sepultados en la tierra,
meses después del día que extrajeron el secreto
que no moriría con ellos
porque prefirieron perderse
cientos de metros abajo,
cerca del centro
de El Corazón
de la tierra.
Si este mar que nos rodea
te ayudara a recordar algo,
algo que nunca fue dicho,
de sangre y aceite brotando en charcos naturales,
de las antenas las trasmisiones,
y de las vírgenes de estática
que intuían las operadoras telefónicas
y los radioaficionados.
 
Fue en el desierto, que acariciaron el secreto.
El pueblo aún de fiesta como cada año
hizo el silencio de los muertos
mientras los pocos semáforos advertían solitarios
la entrada a un reino de jaspe y sangre.
No se olvida la mirada de quien acarició el secreto:
algo que te envuelve del frío
como llanto de los primogénitos,
el chirrido de zorras sobre las vías que se deslizan hacia a la noche.
¿Escuchás el mar? ¿La estática de las vírgenes?
¿Y el olor de los mineros, el sudor de los trenes,
la sangre seca? ¿La contorsión de flores extrañas
como sistemas sanguíneos de las tierra?
Ya a los fantasmas que de noche rodean mi casa
querría ofrecerles una piedra bruta del corazón de la tierra,
o la piedra tosca de mis ideas, la tosca de mis vísceras…
para poder dormir
y contarte la historia
pero ya no puedo recordar.

martes, 19 de septiembre de 2017

In the canal zone (Lidio Dimas)



mi yo
cruza la cerca y corre
detrás de esa alambrada está la muerte
captúrala y rómpele el pescuezo
Luego podrás irte a acostar con tu mujer
y vivir
o morir
o no hacer nada.

viernes, 15 de septiembre de 2017

El listado de librerías donde pueden conseguir Un Universo Regrabable - Ed. Textos Intrusos, 2017 - además, claro, de poder contactarse directamente conmigo a danielqgonzalez@hotmail.com para encargarlo:

-Paradigma (Maure 1786)

-Santiago Arcos (Puan 467)
-Mendel Libros (Paraguay 5163)
-La libre (Bolívar 438)
-R y R ( Ramón Freire 1536)
-Mil grullas (Malabia 1968)
-Libros Ref (Honduras 4191)
-La gata y la luna (Manuela Pedraza 2365)
-Musaraña (José María Paz 1530 - Florida)
-Del Conti (Av. Libertador 8151)
-En Terapia Resto Bar (Hipólito Yrigoyen 3235)




martes, 22 de agosto de 2017

Este sábado 26 de agosto es la presentación de Un Universo Regrabable, que edita Textosintrusos.
Están todos invitados.

jueves, 29 de junio de 2017

Abdicación (Fernando Pessoa)


Tómame, oh, noche eterna, en tus brazos 
Y llámame hijo tuyo.
               Yo soy un rey 

Que voluntariamente abandoné 
Mi trono de ensueños y cansancios. 

Mi espada, pesada en brazos laxos, 

En manos viriles y calmas entregué;
Y mi cetro y corona –los dejé
En la antecámara, hechos pedazos.

Mi cota de malla, tan inútil,
Mis espuelas, de un tintinear tan fútil,
Las dejé en la fría escalinata.

Me desnudé la realeza, cuerpo y alma,
Y regresé a la noche antigua y calma
Como el paisaje al morir el día.

martes, 28 de marzo de 2017

Detrás del monasterio (Ernesto Cardenal)




Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección

jueves, 26 de enero de 2017




A ver,  
el problema no es el baile ese de los extraños de las máscaras
ni los estaqueados entre las chispas,
que igual dale que dale con la música,
¿pero baldear toda la sangre seca de la vereda?

Encima esas polillas, prefiero el instante de verdad
en que se te quedan mirando fijo
las lagartijas que entran por la ventana.
Yo estaba justo como ellas pensando,
pensaba que recortar y juntar los carteles
que salen en el fondo de las polaroids
seguro te devuelve el tiempo
y que ninguna serpiente mejor a esas
que trajeron los camalotes el año pasado;
todo esto pensaba yo y de pronto chau:
había un baile de estaqueados y eso que no era carnaval,
las brasas hacían “pssss psssss” con la sangre que chorreaba
y no estábamos en carnaval.

Oblicuos desde la calle
los focos de autos dibujaban ánimas sobre el techo,
o por ahí sí eran los muertos
¿No viste que arriba en los arboles
las hojas tiemblan para invocarlos?
Al fin me dormí,
pensando que ningún sol mejor
que ese que incendiaba la arena
mientras jugábamos a las corridas
en la cubierta de un barco oxidado.
Pero patente, las luces bailaron en la noche
y los estaqueados miraban la luna extraviados entre el fuego.