martes, 5 de diciembre de 2017
viernes, 10 de noviembre de 2017
De todos los secretos que extrajeron del
corazón de la tierra
el más extraño fueron los corazones,
yacientes flores salvajes sangrando en el polvo
llenos de piedra y secos
al borde del camino.
el más extraño fueron los corazones,
yacientes flores salvajes sangrando en el polvo
llenos de piedra y secos
al borde del camino.
Hay una historia
de los mineros del corazón de carbón
sepultados en la tierra,
meses después del día que extrajeron el secreto
que no moriría con ellos
porque prefirieron perderse
cientos de metros abajo,
cerca del centro
de El Corazón
de la tierra.
de los mineros del corazón de carbón
sepultados en la tierra,
meses después del día que extrajeron el secreto
que no moriría con ellos
porque prefirieron perderse
cientos de metros abajo,
cerca del centro
de El Corazón
de la tierra.
Si este mar que nos rodea
te ayudara a recordar algo,
algo que nunca fue dicho,
de sangre y aceite brotando en charcos naturales,
de las antenas las trasmisiones,
y de las vírgenes de estática
que intuían las operadoras telefónicas
y los radioaficionados.
te ayudara a recordar algo,
algo que nunca fue dicho,
de sangre y aceite brotando en charcos naturales,
de las antenas las trasmisiones,
y de las vírgenes de estática
que intuían las operadoras telefónicas
y los radioaficionados.
Fue en el desierto, que
acariciaron el secreto.
El pueblo aún de fiesta como
cada año
hizo el silencio de los muertos
mientras los pocos semáforos advertían solitarios
la entrada a un reino de jaspe y sangre.
No se olvida la mirada de quien acarició el secreto:
algo que te envuelve del frío
como llanto de los primogénitos,
el chirrido de zorras sobre las vías que se deslizan hacia a la noche.
hizo el silencio de los muertos
mientras los pocos semáforos advertían solitarios
la entrada a un reino de jaspe y sangre.
No se olvida la mirada de quien acarició el secreto:
algo que te envuelve del frío
como llanto de los primogénitos,
el chirrido de zorras sobre las vías que se deslizan hacia a la noche.
¿Escuchás el mar? ¿La estática
de las vírgenes?
¿Y el olor de los mineros, el sudor de los trenes,
la sangre seca? ¿La contorsión de flores extrañas
como sistemas sanguíneos de las tierra?
¿Y el olor de los mineros, el sudor de los trenes,
la sangre seca? ¿La contorsión de flores extrañas
como sistemas sanguíneos de las tierra?
Ya a los fantasmas que de noche
rodean mi casa
querría ofrecerles una piedra bruta del corazón de la tierra,
o la piedra tosca de mis ideas, la tosca de mis vísceras…
para poder dormir
y contarte la historia
pero ya no puedo recordar.
querría ofrecerles una piedra bruta del corazón de la tierra,
o la piedra tosca de mis ideas, la tosca de mis vísceras…
para poder dormir
y contarte la historia
pero ya no puedo recordar.
martes, 19 de septiembre de 2017
In the canal zone (Lidio Dimas)
mi yo
cruza la cerca y corre
detrás de esa alambrada está la muerte
captúrala y rómpele el pescuezo
Luego podrás irte a acostar con tu mujer
y vivir
o morir
o no hacer nada.
viernes, 15 de septiembre de 2017
-Paradigma (Maure 1786)
-Santiago Arcos (Puan 467)
-Mendel Libros (Paraguay 5163)
-La libre (Bolívar 438)
-R y R ( Ramón Freire 1536)
-Mil grullas (Malabia 1968)
-Libros Ref (Honduras 4191)
-La gata y la luna (Manuela Pedraza 2365)
-Musaraña (José María Paz 1530 - Florida)
-Del Conti (Av. Libertador 8151)
-En Terapia Resto Bar (Hipólito Yrigoyen 3235)
martes, 22 de agosto de 2017
jueves, 29 de junio de 2017
Abdicación (Fernando Pessoa)
Y llámame hijo tuyo.
Yo soy un rey
Que voluntariamente abandoné
Mi trono de ensueños y cansancios.
Mi espada, pesada en brazos laxos,
En manos viriles y calmas entregué;
Y mi cetro y corona –los dejé
En la antecámara, hechos pedazos.
Mi cota de malla, tan inútil,
Mis espuelas, de un tintinear tan fútil,
Las dejé en la fría escalinata.
Me desnudé la realeza, cuerpo y alma,
Y regresé a la noche antigua y calma
Como el paisaje al morir el día.
martes, 28 de marzo de 2017
Detrás del monasterio (Ernesto Cardenal)
Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección
Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección
jueves, 26 de enero de 2017
A ver,
el
problema no es el baile ese de los extraños de las máscaras
ni los
estaqueados entre las chispas,
que
igual dale que dale con la música,
¿pero baldear
toda la sangre seca de la vereda?
Encima
esas polillas, prefiero el instante de verdad
en que
se te quedan mirando fijo
las
lagartijas que entran por la ventana.
Yo
estaba justo como ellas pensando,
pensaba
que recortar y juntar los carteles
que salen
en el fondo de las polaroids
seguro
te devuelve el tiempo
y que ninguna
serpiente mejor a esas
que trajeron
los camalotes el año pasado;
todo esto
pensaba yo y de pronto chau:
había un
baile de estaqueados y eso que no era carnaval,
las brasas
hacían “pssss psssss” con la sangre que chorreaba
y no estábamos
en carnaval.
Oblicuos
desde la calle
los
focos de autos dibujaban ánimas sobre el techo,
o por ahí
sí eran los muertos
¿No
viste que arriba en los arboles
las
hojas tiemblan para invocarlos?
Al fin
me dormí,
pensando
que ningún sol mejor
que ese
que incendiaba la arena
mientras
jugábamos a las corridas
en la
cubierta de un barco oxidado.
Pero patente,
las luces bailaron en la noche
y los
estaqueados miraban la luna extraviados entre el fuego.
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