sábado, 10 de noviembre de 2012

El día que los ángeles se cayeron del cielo
reventaron contra el pavimento,
contra las autopistas,
crucificados en las antenas
y colgados de los cables de alta tensión.

Desde los pisos de arriba vieron cintas plateadas
perforar el absurdo cielo matinal
y luego se dieron cuenta:
eran los ángeles,
se cayeron del cielo
y quedaron tirados en el pavimento.

Los limpiavidrios trabajaron a contraturno
despegando las plumas doradas de las torres,
convertidas en enormes lápidas cromadas
con la ciudad a sus pies como pasto seco.

Estrofas de plomo y hierro
sonaron en el pulmón lacerado de las calles,
ya no nos harían compañía
ni de noche,
ni de día.

A los que quedaron uno a uno los fuimos matando
sin querer, queriendo;
inyecciones de penicilina,
sueños de morfina,
algodones, cinta quirúrgica,
litio, yodo, haloperidol
y la sangre licuada de aspirina.

El último, el Exterminador,
se fue una tarde
y desde ese día todos nos sentimos más solos.

sábado, 11 de febrero de 2012

Nostalgia (Gonzalo Arango)


Solos, con cuatro horas de oxigeno a la espalda, Neil y Buzz vagan por la luna. Millones de hombres contienen la respiración frente a su pantalla de televisión. Cada minuto que pasa es un minuto menos que aligera el peso de su combustible. La vida es una burbuja que alimenta la nostalgia. Para ellos la tierra depende del azar, tal vez de una tuerca que aflojó el alunizaje. Si algo significa nostalgia, es el terror de esta pareja abandonada en un planeta muerto, a 380.0000 kilómetros del aire, sin un tornillo de repuesto.