jueves, 29 de junio de 2017

Abdicación (Fernando Pessoa)


Tómame, oh, noche eterna, en tus brazos 
Y llámame hijo tuyo.
               Yo soy un rey 

Que voluntariamente abandoné 
Mi trono de ensueños y cansancios. 

Mi espada, pesada en brazos laxos, 

En manos viriles y calmas entregué;
Y mi cetro y corona –los dejé
En la antecámara, hechos pedazos.

Mi cota de malla, tan inútil,
Mis espuelas, de un tintinear tan fútil,
Las dejé en la fría escalinata.

Me desnudé la realeza, cuerpo y alma,
Y regresé a la noche antigua y calma
Como el paisaje al morir el día.