Abdicación (Fernando Pessoa)
Y llámame hijo tuyo.
Yo soy un rey
Que voluntariamente abandoné
Mi trono de ensueños y cansancios.
Mi espada, pesada en brazos laxos,
En manos viriles y calmas entregué;
Y mi cetro y corona –los dejé
En la antecámara, hechos pedazos.
Mi cota de malla, tan inútil,
Mis espuelas, de un tintinear tan fútil,
Las dejé en la fría escalinata.
Me desnudé la realeza, cuerpo y alma,
Y regresé a la noche antigua y calma
Como el paisaje al morir el día.